ARQUIDIOCESIS DE MARACAIBO
COMUNICADO
Ante la profunda crisis que atraviesa el país y la compleja y difícil situación que se está
viviendo en estos días en la ciudad de Maracaibo, impulsados por nuestro deber de
pastores de aportar nuestra contribución en la búsqueda del bien, de la justicia y de la
paz, hemos considerado oportuno emitir el siguiente comunicado:
1. Nos solidarizamos con los comunicados de la Presidencia de la Conferencia
Episcopal Venezolana y la Comisión Episcopal de Justicia y Paz, emitidos en días
recientes, y compartimos el dolor y la angustia de tantas familias ante los hechos de
violencia que han causado el triste saldo de muertos, heridos y detenidos. Les
ofrecemos nuestras oraciones.
2. Las legítimas protestas de los manifestantes, principalmente jóvenes, por la defensa
de la democracia, de la libertad de expresión y de la plena vigencia de los derechos
humanos, deben desarrollarse pacíficamente, en apego a la Constitución, evitando por
consiguiente todo acto de vandalismo y ataque a la propiedad privada. La paz nunca
se puede construir con actos de violencia ni de odio.
3. Hacemos un llamado a las autoridades nacionales y regionales para que ejerzan con
responsabilidad su deber de resguardar el orden y la protección de las vidas de los
manifestantes, y favorezcan en todo momento la búsqueda de soluciones a través del
diálogo, del respeto a la vida y a la integridad personal.
4. Como lo han dicho los obispos en reiteradas oportunidades, no habrá paz verdadera
en nuestro país si no se supera la polarización política que fractura la población
venezolana. Todos los ciudadanos, oficialistas y opositores, deben ser oídos, tomados
en cuenta, incluidos a la hora de buscar soluciones duraderas y de enrumbar el país
hacia el progreso, la justicia y el bien común. No podemos seguir respirando con un
solo pulmón.
5. Invitamos a todos los sacerdotes y diáconos que, desde su condición de pastores,
agentes y promotores de la comunión y reconciliación del pueblo de Dios, recen y
hagan rezar, para que esta grave crisis sea superada y no cobre más vidas humanas.
Orientemos a los fieles, según la enseñanza de la Doctrina Social de la Iglesia, a
reclamar sus derechos por los caminos del diálogo y encuentro, nunca por medio de la
violencia y del desconocimiento del otro. Seamos siempre factores de unidad.
7. Por lo que nos atañe a nosotros, pastores de esta Iglesia local, ofrecemos nuestra
colaboración tanto a los gobernantes como a los manifestantes, para contribuir en la
instauración de un diálogo constructivo que abra las puertas a una Venezuela de
progreso y bienestar colectivo.
8. Queridos hermanos y hermanas, Cristo nos dice: “Vengan a mi todos los que están
fatigados y agobiados y yo los aliviaré” (Mt 11,28). Elevemos nuestra oración en
súplica ardiente, tanto en casa como en nuestros lugares de trabajo, templos e iglesias
filiales, a Jesús de la Divina Misericordia, para que, por intercesión de nuestra Madre
amada de Chiquinquirá, no haya más derramamiento de sangre en Venezuela y
sepamos mostrarnos dignos en estos momentos de la nobleza de nuestro gentilicio
zuliano y de nuestra condición de auténticos cristianos.
Maracaibo, 19 de febrero de 2014
+Ubaldo R Santana Sequera FMI, Arzobispo de Maracaibo
+Ángel F Caraballo Fermín, Obispo Auxiliar